Un año después de inaugurados el Hogar Saavedra y el templo “Sagrada Familia”, la Sociedad de San José fundó en 1927 un colegio primario para niñas, cuya administración fue encomendada a religiosas de la Compañía de Maria, recibiendo por este motivo el nombre de la congregación.

Las tres instituciones, Hogar, Colegio y Parroquia tuvieron desde sus inicios una relevante actividad social, cultural y religiosa en el nuevo barrio de Saavedra. Crecieron desarrollando sus propias características, siempre unidas en la vida compartida y, muy especialmente, en aquel objetivo social y apostólico con el que fueron fundadas.

Desde 1979, con motivo del retiro de la congregación, la dirección del colegio quedó a cargo de la Sociedad de San José. Recibió entonces el nombre “Santa María de Nazareth”, en honor de la Virgen Niña cuya imagen preside el hall central del edificio desde su inauguración.

A partir de estos cambios, el Instituto procuró redefinir un proyecto educativo propio y un estilo que se fue conformando paulatinamente, caracterizado por un espíritu de crecimiento y renovación. Se modernizaron los aspectos pedagógicos en los tres niveles. El colegio creció hasta su conformación actual de ocho salas de Nivel Inicial, catorce cursos de Nivel Primario y diez divisiones de Nivel Secundario.

Se expandieron espacios de aulas, baños y patios. También se desarrollaron otros para afrontar las nuevas necesidades pedagógicas: Laboratorio de Informática, Salón de Música, Salón de Usos Múltiples, Laboratorio de Ciencias, etc. Se realizaron convenios para realizar deportes en otras instituciones.

Se definió un uniforme y se crearon símbolos institucionales como el escudo, el himno, la bandera.

El Instituto recibe el 100% de aporte estatal sobre los cargos docentes reconocidos en la planta funcional. En busca de una mayor calidad educativa, se crearon cargos y horas cátedra para atender las crecientes demandas pedagógicas.
Se estimula la capacitación permanente de directivos y docentes.

Se realizan intercambios con otras instituciones en los mismos niveles del colegio y se facilita también la observación y práctica de enseñanza para alumnos de institutos terciarios.

La Unión de Padres de Familias colabora de modo permanente en el mantenimiento, remodelación y adecuación de los espacios escolares.